Dulce María Esquer Vizcarra*Ante la terrible y dolorosa tragedia sucedida en la guardería ABC de la ciudad de Hermosillo, donde hasta la fecha han fallecido 46 pequeños, la dinámica política de Sonora ha atravesado por un inesperado frene, y desde mi punto de vista, por una maquinada manipulación.
Si bien, como dicen muchos periodistas, los sonorenses no estamos para escuchar promesas fantasiosas, es cierto que tanto los políticos, candidatos, equipos de campaña, promotores, casas de publicidad, de organización de eventos, etcétera, tienen el derecho y la obligación de seguir trabajando como lo hacen los medios de comunicación, las amas de casa y el resto de clase trabajadora.
Este tipo de hechos nos pone a pensar, a sentir y a llorar. A los que somos padres nos hierve la sangre cada vez que imaginamos lo que tantos padres, abuelos, tíos y demás familiares sienten al perder de manera tan lamentable a un pequeño angelito. Sin embargo, como ciudadanos nuestro papel al enfrentarnos a estas tragedias debería ser el de comprometernos a formar parte de una sociedad cuestionadora, defensora de nuestros derechos y del de nuestros hijos; una sociedad responsable, que enseñe y asuma el papel de la corresponsabilidad y la legalidad. Somos humanos, somos individuos pensantes, somos ciudadanos.
En el terreno político, los candidatos aun están a semanas de las elecciones, y ya la historia nos ha mostrado que con solo algunos días de trabajo pueden cambiar la encuesta final. Ellos aún tienen la responsabilidad de convencernos o decepcionarnos; de salir a anular la idea del voto blanco (otra historia a discutir); de seguir trabajando en lo que a ellos les toca hacer, así como el resto de los sonorenses que aún en duelo, seguimos trabajando.
Desde nuestra posición, exijamos con instrumentos propios el lugar que queremos en esta sociedad y la forma en que queremos vivir. Todos los ciudadanos tenemos derechos y obligaciones, informémonos para actuar con responsabilidad y conocimiento.
El voto, las marchas, los espacios para los lectores en los medios impresos, las llamadas a la radio, los mensajes por Internet, la posibilidad de juntar firmas y presentar iniciativas ciudadanas, nuestro compromiso como maestros, como padres, como profesionistas. Existen muchos foros, es cuestión de hacerlos funcionar.
El voto blanco, no representa más que una absurda forma de expresión, una forma más de reclamar sin voz. Nada diferente al llamado “voto duro”, ese que no evalúa, o razona; ni muy distinto a la compra e inducción de votos.
Respetable la decisión de cada individuo. Sin embargo, ¿qué diferencia hay entre este movimiento y la histórica escasez de participación electoral?, ¿no ha dejado ese casi 50 por ciento de abstencionismo gobiernos “ilegítimos” que ya en funciones sólo criticamos?
En nuestro sistema mexicano para que haya un gobernante únicamente se necesita un voto. En ese contexto, con la ayuda que el voto blanco le daría al abstencionismo, este 5 de julio ganarían los candidatos que formen parte de familias numerosas o de grupos económicos, políticos y sociales en el poder.
Un abrazo lleno de cariño a Luis Carlos, su esposa y familia. Mis bendiciones y los mejores deseos de que Dios los abrace todos los días.
Si bien, como dicen muchos periodistas, los sonorenses no estamos para escuchar promesas fantasiosas, es cierto que tanto los políticos, candidatos, equipos de campaña, promotores, casas de publicidad, de organización de eventos, etcétera, tienen el derecho y la obligación de seguir trabajando como lo hacen los medios de comunicación, las amas de casa y el resto de clase trabajadora.
Este tipo de hechos nos pone a pensar, a sentir y a llorar. A los que somos padres nos hierve la sangre cada vez que imaginamos lo que tantos padres, abuelos, tíos y demás familiares sienten al perder de manera tan lamentable a un pequeño angelito. Sin embargo, como ciudadanos nuestro papel al enfrentarnos a estas tragedias debería ser el de comprometernos a formar parte de una sociedad cuestionadora, defensora de nuestros derechos y del de nuestros hijos; una sociedad responsable, que enseñe y asuma el papel de la corresponsabilidad y la legalidad. Somos humanos, somos individuos pensantes, somos ciudadanos.
En el terreno político, los candidatos aun están a semanas de las elecciones, y ya la historia nos ha mostrado que con solo algunos días de trabajo pueden cambiar la encuesta final. Ellos aún tienen la responsabilidad de convencernos o decepcionarnos; de salir a anular la idea del voto blanco (otra historia a discutir); de seguir trabajando en lo que a ellos les toca hacer, así como el resto de los sonorenses que aún en duelo, seguimos trabajando.
Desde nuestra posición, exijamos con instrumentos propios el lugar que queremos en esta sociedad y la forma en que queremos vivir. Todos los ciudadanos tenemos derechos y obligaciones, informémonos para actuar con responsabilidad y conocimiento.
El voto, las marchas, los espacios para los lectores en los medios impresos, las llamadas a la radio, los mensajes por Internet, la posibilidad de juntar firmas y presentar iniciativas ciudadanas, nuestro compromiso como maestros, como padres, como profesionistas. Existen muchos foros, es cuestión de hacerlos funcionar.
El voto blanco, no representa más que una absurda forma de expresión, una forma más de reclamar sin voz. Nada diferente al llamado “voto duro”, ese que no evalúa, o razona; ni muy distinto a la compra e inducción de votos.
Respetable la decisión de cada individuo. Sin embargo, ¿qué diferencia hay entre este movimiento y la histórica escasez de participación electoral?, ¿no ha dejado ese casi 50 por ciento de abstencionismo gobiernos “ilegítimos” que ya en funciones sólo criticamos?
En nuestro sistema mexicano para que haya un gobernante únicamente se necesita un voto. En ese contexto, con la ayuda que el voto blanco le daría al abstencionismo, este 5 de julio ganarían los candidatos que formen parte de familias numerosas o de grupos económicos, políticos y sociales en el poder.
Un abrazo lleno de cariño a Luis Carlos, su esposa y familia. Mis bendiciones y los mejores deseos de que Dios los abrace todos los días.
*Maestría en Ciencias Sociales por El Colegio de Sonora.
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