martes, 16 de junio de 2009

Subrogación nefasta

Enrique del Val Blanco
El Universal/16 de junio de 2009

No hay la menor duda de que existen culpables en lo sucedido en la guardería subrogada de Hermosillo, y habrá que proceder de conformidad con la ley. Pero la gran culpable ha sido la política económica seguida durante los últimos 25 años en nuestro país, al haber abrazado las teorías neoliberales e irlas instituyendo poco a poco hasta llegar al día de hoy cuando, en este caso y en muchos otros, han demostrado ser un desastre para los mexicanos.
Qué buen negocio es la subrogación —outsourcing, en inglés—, que se aplica en todo el mundo porque es una maravilla económica al hacer lo mismo a menor costo y sin la lata de tener que contratar trabajadores y pagarles prestaciones. Por ejemplo, es parte del despegue de India, donde las compañías extranjeras contratan profesionistas para trabajar por un tercio de lo que se les pagan en sus países.
Nuestros economistas neoliberales pusieron manos a la obra para subrogar lo más posible por razones varias —muy justificadas, según ellos—, como la de que la carga sindical es muy onerosa e ineficiente, la de no contar con los recursos públicos suficientes, el sector privado dispuesto a hacerlo y, lo mejor, sale más barato. ¿Qué más se puede pedir?
Así inició esta historia de subrogaciones en las principales dependencias públicas, desde los servicios de limpieza hasta asuntos delicados en las empresas estatales, ya no digamos en el caso del sector salud, en el que no sólo las guarderías sino otros servicios se dan por esta vía.
El gobierno aplicó a quienes querían participar en el servicio de guarderías un precio que, a juicio de los expertos, era suficiente; más barato de lo que cuesta a las guarderías del propio IMSS y con normas supuestamente claras y muy exigentes. La realidad ya la vimos. Lo preocupante es que los últimos directores del instituto, imbuidos por ese espíritu subrogador, lo han hecho crecer generando un peligro potencial si los dueños apuestan más al dinero que al servicio que se les autorizó a otorgar.
Una vez más se demuestra que el sector privado no puede suplantar al gobierno. Esperamos que aprendan los actuales gobernantes y que revisen y modifiquen sus políticas.
También hay que decir que, al igual que otras instituciones claves, los gobiernos han dejado deteriorar al IMSS. Sólo recordemos que el afán privatizador hizo que en el periodo del presidente Zedillo, mediante una reforma genial, se redujera la aportación patronal de casi 30% a 5%, con el argumento de que con ello los patrones crearían empleo, cosa que no ha ocurrido y sí, en cambio, se les liberó de la aportación y el gobierno tuvo que hacerle frente. Y ahora nos dicen que no tiene recursos. Claro, se los liberaron a los patrones.
A diario se confirma que la política económica neoliberal llegó a su fin, después del desastre ocasionado en todo el mundo. Deseamos que nuestros gobernantes —por muy difícil que les sea abandonar una idea que les llega al corazón— cuanto antes se den cuenta, sobre todo considerando que existen mejores políticas para atender a la población en sus necesidades.
Analista político y economista

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