lunes, 14 de junio de 2010

Violencia escolar a debate


Raymundo Carmona y Maira Fernanda Pavón
El Universal/13 de junio de 2010

El 4 de junio se conmemoró el Día Internacional de los Niños Víctimas Inocentes de la Agresión. Esta fecha nos hace recordar que en México la violencia escolar afecta el proceso pedagógico en las escuelas y puede ocasionar desde la deserción hasta problemas sicológicos en los niños expuestos a tales condiciones. De ahí que este tema no puede dejarse fuera del debate para mejorar la educación en nuestro país.

La violencia escolar se refiere a cualquier relación o proceso que viola la integridad física, social y/o sicológica de una persona en el espacio educativo; pero es un fenómeno multifactorial que no sólo compete a los centros escolares sino que abarca otros aspectos como la situación familiar, cultural, económica, social y comunitaria. Entre los principales factores de riesgo a nivel interno están: las agresiones verbales, el acoso entre pares, la discriminación, la violencia física, los hurtos, el vandalismo y las condiciones del inmueble escolar. Pero a nivel externo el problema es más complejo ya que involucra a la delincuencia; la inseguridad vial; el narcomenudeo; la deficiente infraestructura y servicios públicos; así como el consumo de sustancias adictivas.

Las distintas formas de convivencia de la sociedad se reproducen en las escuelas. Éstas son influenciadas por los entornos que las rodean y las características regionales (rurales o urbanas), siendo uno de los problemas más graves la violencia. En el DF, la delincuencia más alta se registra en las delegaciones Álvaro Obregón, Gustavo A. Madero e Iztapalapa, las cuales resultan ser las que más escuelas tienen y que por ende se ven afectadas por las constantes situaciones de inseguridad.

La Comisión de Derechos Humanos del DF al día recibe un promedio de tres reportes de violencia en contra de los niños de nivel educativo básico, lo que se incrementa si tomamos en cuenta que por cada queja presentada hay por lo menos cinco que no se denuncian. En 2009, esta Comisión recibió aproximadamente 270 quejas por violencia escolar infantil, lo que significó un incremento de 10% respecto a 2008.

La postura de la Subsecretaría de Educación Básica contrasta al señalar que las escuelas son espacios libres de violencia porque las expresiones de tensión entre los alumnos son propias de su naturaleza y forman parte de los aprendizajes que se tienen como seres humanos en la infancia. En este contexto, ¿cómo fomentar el aprendizaje hacia el respeto a la diversidad, la convivencia, y los principios y valores morales?

El maltrato hacia y entre los niños es un tema delicado que debemos reflexionar porque este tipo de conductas son reflejo de sus relaciones interpersonales con la familia y de lo que perciben en los medios de comunicación. Entre las consecuencias más graves de la violencia escolar están la ruptura de la continuidad de los estudios, la deserción, así como afectaciones de índole personal y en su autoestima.

En el ámbito internacional se ha acuñado el término bullying para referirse a la constante intimidación o maltrato entre escolares, con la intención de humillar y someter abusivamente a una víctima indefensa, a través de agresiones físicas, verbales, sicológicas y/o sociales. Incluso se habla del ciberbullying o intimidación cibernética, es decir, el acoso sicológico a través de páginas de internet, chats, Facebook, correo electrónico o celular.

Para enfrentar esta situación se debe reconocer que es una responsabilidad compartida de la sociedad en su conjunto, por lo que se necesitan estrategias que involucren la participación de profesores, autoridades, padres de familia, sociedad civil y medios de comunicación, donde la misma educación puede ser la pieza clave en la solución o, por lo menos, coadyuvar a la disminución de los factores que alteran el orden social.

En este sentido, retoma importancia la formación de los profesores para educar en valores; la sociedad debe ser vigilante de las áreas aledañas a las escuelas donde se detecten negocios de ventas de drogas y alcohol; los padres de familia deben inculcar en sus hijos una cultura de prevención a las adiciones; las autoridades están obligadas a impulsar programas y otras formas de intervención con los alumnos para involucrarlos en una nueva dinámica educativa; mientras que los medios de comunicación deben establecer campañas de sensibilización y conciencia respecto a la importancia de contribuir a la disminución de la violencia escolar.

Aunque la SEP cuenta con el Programa Nacional Escuela Segura y la Comisión Nacional de los Derechos Humanos con el Programa Nacional para abatir y eliminar la violencia escolar, aún faltan más acciones coordinadas que logren transformar los modelos de convivencia y de coexistencia en la sociedad.


Profesor del Colegio de Ciencias y Humanidades y Profesora de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, UNAM

No hay comentarios: