viernes, 4 de junio de 2010

¿Quién escucha a los padres de la guardería ABC?

Gabriela Warkentin
El Universal/4 de junio de 2010


El que vive la tragedia como propia, la expresa como tal. No pidamos serenidad ni paciencia, eso sólo Kalimán. Y a veces.
Es Abraham Fraijo, padre de Emilia, niña. Una de las 49 que fallecieron, hace un año, en eso en que se convirtió la guardería ABC, mientras ardía, allá en Hermosillo. Fraijo es contundente, plantado por un rato fuera de la residencia oficial de Los Pinos. Dentro, el Presidente recibe a un grupo de padres de familia, mientras la voz de este hombre recuerda a los otros, los que, por las razones que sean, no fueron requeridos.

“Y hubieran pedido disculpas por la mierda de gobierno que tenemos, o sea, no ha habido una iniciativa por parte del gobierno, no habido algo que el gobierno haga si no es porque los papás lo estamos proponiendo, son fregaderas ésas. Todavía que matan a nuestros hijos, nosotros seamos los que tenemos que estarlos acarreando para que se muevan y darle una línea de investigación a los cabrones”. Es Abraham Fraijo, padre de Emilia, niña. Y es un año el que ya pasó.

¡Cómo les cuesta dar la cara! ¡Y cómo les está costando! Con tal de no ceder, ni de dar pasos en falso, mejor sólo se dan los menos, de la forma más cautelosa posible y midiendo las nimias consecuencias en lo propio. No es serenidad ni paciencia; es parálisis y mezquindad. Kalimán se retuerce en su tumba.

A un año de la tragedia de Hermosillo, tenemos lo de siempre: un grupo agraviado y activado, que no olvida la muerte de sus pequeños; un movimiento —5 de Junio— articulado en red y a través de las redes; niveles de gobierno, con tintes diversos, que pasan del abandono a la desatención selectiva; medios de comunicación que, incluso desde las mejores intenciones, se erigen en justicieros paralelos; una parte importante de la opinión pública (que no la publicada) desmovilizada, o francamente atendiendo sus propios asuntos. En estos días, algunas noticias: el informe del ministro de la Corte, Arturo Zaldívar, que señala responsables del más alto nivel federal y estatal en la tragedia de la guardería (veremos lo que sucede en días subsecuentes sobre este asunto); el decreto para declarar al 5 de junio como día de luto nacional; y sí, la atención selectiva a un grupo de padres de familia (aquellos que en apariencia prometen no “linchar” públicamente a nadie). Porque sí, se mantiene el cuidado de la imagen, de las palabras, de las presencias. Parálisis y mezquindad, así es como se lee.

Obama no reacciona, parece que no le importa. Contundente la crítica de sectores varios, en Estados Unidos, a lo que se percibe como una actitud fría, distante, “muy intelectual” del Presidente frente a la tragedia ambiental en el golfo de México tras el gigantesco vertido de petróleo. Obama escucha: está yendo a visitar los lugares afectados, intenta mensajes más empáticos, sabe que la frialdad, en la época de la comunicación afectiva, genera desapego. Porque, además, el electorado no perdona.

Y en México, ¿quién escucha? Los pasos que dan los gobiernos, y sus instancias, cuando la población los requiere, se perciben cautelosos, temerosos, medidos, a cuentagotas. En Ciudad Juárez la presencia se dio cuando la presión era insostenible. La tragedia del Golfo, parecen decir, a nosotros ni nos llegará: es problema de otros. Y a Hermosillo: no vamos, que vengan los unos, mientras los otros vociferan.

Abraham Faijo sentencia “¡mierda de gobierno!”, por lo que sea, por el dolor, por la desatención, por el ninguneo, por la preferencia, porque también hay que vociferar, por el zapateo, porque duele, por necesidad, por impotencia, por Emilia, una más de las pequeñas que ahí quedaron. Y no es sólo él. No hay serenidad ni paciencia que apliquen, ni a Kalimán le pediríamos tanto. Lo que sí toca, nos toca, es recordar que, a un año, este 5 de junio devela mucho de lo que somos y que más vale ponernos la pila. Por un día, pues, seamos todos un poco esa #GuarderíaABC.


Directora del Departamento de Comunicación de la Universidad Iberoamericana y de Ibero 90.9 FM

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