miércoles, 30 de septiembre de 2009

Así habló Agustín

Sara Sefchovich
El Universal/27 de septiembre de 2009

Cuando se hacía evidente la desaceleración de la economía de Estados Unidos, el secretario Carstens aseguró que afectaría a México pero no tanto. Fue su frase célebre de que allá les daría pulmonía pero aquí sólo catarrito. Cinco meses después, con la crisis encima y sin saber cómo enfrentarla, le convino mejor decir lo contrario, que: “La mejoría de México depende de Estados Unidos”.
Contradicciones, mentiras y cambios de discurso han sido la constante para referirse a la crisis. Hemos recorrido el típico camino mexicano que va del no pasa nada al sí pasa pero está bajo control, y por fin a es el desastre pero nosotros no tenemos la culpa.
En octubre del año pasado Carstens dijo que “el sistema financiero mexicano está sano, sólo hay que tener paciencia y confianza en él”. Todavía en abril de 2009 lo afirmaba como “sólido y estable”. Pero un mes después resultó que no tanto porque el 8 de mayo anunció que “México está en recesión”. Por suerte duró poco, porque una semana después, dijo que el país “había superado la peor parte” y “empezaba la recuperación”.
Pero siempre no fue así y en agosto dijo que estábamos en “shock financiero”. Y no sólo eso, sino que éramos uno de los países con mayor daño económico. Gurría abundó: “La economía mexicana es un desastre y llevamos 18 meses en caída libre”.
Sin embargo, dijeron que el gobierno federal tenía un guardadito de 100 mil millones para enfrentar “escenarios complicados”, y Carstens hasta se adornó: “Tuvimos la inteligencia de ahorrar para épocas de vacas flacas”. Pero seis meses después la cosa cambió: “Tenemos un hoyo de 300 mil millones de pesos y ya no tenemos recursos para los programas anticrisis”.
¿Cuáles fueron esos programas? Quién sabe. Porque el secretario de Economía había dicho que “el gobierno no considera aplicar una estrategia para evitar el impacto de la crisis financiera porque sería anticiparnos a algo que todavía no pasa”, aunque unos días después de estas declaraciones el Presidente habló de su “plan oportuno contra la crisis” y Carstens de “acciones muy importantes para mitigar las fuerzas recesionistas”. Y anunciaron resultados para pronto, los cuales, sin embargo, no se han visto.
Por supuesto, la culpa no la tienen ellos: “Entramos a una etapa más complicada de lo esperado”, “La desaceleración del PIB fue peor a la esperada”, “La inflación se fue al doble de lo previsto”, “La baja en la actividad económica fue más severa de lo previsto”.
¿Por qué previeron tan mal? Críptica respuesta del secretario de Hacienda: “El diagnóstico resultó incorrecto debido a que era muy difícil predecir qué factores negativos coincidirían en el mismo a fin de aumentar el riesgo”. Pero hay quien sí lo tiene claro: según la calificadora Moodys, “México falló en la política monetaria y fiscal para enfrentar la crisis. Tenía una situación macroeconómica saludable pero la desaprovechó”, y según Gurría: “Calculamos mal, no fuimos ni medianamente competentes”.
Aun así, frente a la incompetencia evidente, Carstens sigue haciendo propuestas: “Urgen reformas estructurales”, dijo, y como el Ché Guevara habló de “hacer dos o tres reformas fiscales”. Pero a fin de cuentas la propuesta terminó siendo “más impuestos y endeudamiento”, lo cual hasta Guillermo Ortiz considera mala idea, pero él asegura que “pondrán a México en la senda del crecimiento sostenible”.
¿Cuándo sucederá ese milagro? En su informe reciente el Presidente dijo que “retomaremos la senda del crecimiento en 2010”. Carstens cree que no: “México no participará de la recuperación económica pronosticada para 2010”.
Entonces, ¿por qué creerle al secretario cuando le jura al Senado que esta vez sí es la propuesta correcta? El año pasado aseguró que “el presupuesto para 2009 le dará una inyección de energía a la economía”, y no sucedió. Ahora dice que “la propuesta económica del gobierno surge de una verdadera política de Estado que trasciende la mera estrategia del gobierno para un año fiscal y es para llevar a la salud de las finanzas públicas”. Ah, bueno.
sarasef@prodigy.net.mx
Escritora e investigadora en la UNAM

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