martes, 22 de septiembre de 2009

Facebook: la gran tribu

Andrés Roemer
El Universal/20 de septiembre de 2009

Esta semana, Mark Zuckerberg, creador de Facebook (Fb), anunció que esta red social llegó a los 300 millones de usuarios: 300 millones de personas que aprenden, discuten, comparten, conquistan, envidian, venden, se reencuentran, aman, cuestionan, sueñan, odian, acuerdan, seducen, mienten, gozan, sufren, celan y conquistan a otras personas por este medio. El animal humano es una especie extraordinaria.
Con Fb se puede abarcar territorialidad, tener el control y cercanía con tu grupo de amigos, con tu “fan” o “líder”, con tu pareja, con el otro, con el desconocido. Pero, ¿cuál es la magia de Fb, su encanto, el secreto?
El secreto responde a la misma razón por la cual una sola persona inventó Fb. Zuckerberg tenía la necesidad de “conquistar” a una (o unas) de sus compañeras de Harvard (véase el libro Billonarios por accidente), de ser parte del “grupo popular”. Después, cuando el éxito de su proyecto era inexorable, su ambición fue ser famoso, exitoso, poderoso y rico.
Fb es amado porque manifiesta nuestro instinto de caza. Nuestro cerebro reptiliano nos lleva a actuar con base en la información que por millones de años nuestros genes han guardado y modificado para sobrevivir. Nuestra hambre de ser parte de tribus, de conquistar, de replicarnos, de cooperar, de acumular y de pertenecer es “natura reptiliana”. Fb cubre estas necesidades pero con menores costos de transacción y tiempos de espera. Sentarse ante el teclado, identificarse con una clave única para “entrar al juego” (homo-ludens) y poder ser invadidos por símbolos ancestrales. Acumulamos amigos, redes (tribus), fans, puntos.
Cuando construyes tu perfil, las preguntas pretenden definirte e identificar tus aspiraciones: “tu frase”, “tu lema”, “tu motto”, “tu ideología”, “tu religión”, “tu pertenencia”, “tus clanes”, “tus ritos” y “tu música”. Todo es una reconstrucción de ti, quizá de un mejor tú.
La cacería se conjuga con el juego del riesgo: ¿Quién está conectado? ¿Cómo lo aproximo? ¿Es un mejor amigo(a)? ¿Cómo es su foto? ¿Disparo? ¿Contesto? ¿Lo reencuentro? La genealogía instintiva de caza explica por qué aun cuando parece irracional el costo-beneficio de involucrarse y reasignarle tantos recursos y tiempo a Fb, a los humanos nos brinda utilidad (felicidad) neta (beneficio al hacerlo).
Mas el juego es real, tribal. El “bluf” en la foto, en la palabra, en el mensaje es una necesidad reptiliana. Ganar y “ser aceptado” es una necesidad tribal. El juego todo y el intento de ser amado y querido es una necesidad vital.
Existe peligro, el riesgo que implica hacer públicos datos personales. Como con los animales no humanos, el riesgo de sobrevivir para replicarnos es ser depredado por el otro.
Así como las tribus tienen reglas que mitigan riesgos y les permiten sobrevivir a la autodestrucción, Fb cuenta con un orden propio y certero, con políticas de privacidad y sanciones para quienes abusen de las aplicaciones, que van desde “denuncia este comentario” (con la consecuente eliminación del mismo) hasta la eliminación de una cuenta por abuso sistemático. Romper las reglas significa atentar contra la tribu y quien atenta debe ser expulsado.
Cada usuario hace de su “muro” o “perfil” según la red social, su gobierno propio. Los enemigos existen, y si no se inventan porque se necesitan. Por ello el acceso a un perfil es permitido sólo a un grupo de personas, que cada quien acepta o confirma.
En este mundo lúdico-real, la riqueza no se mide por la cantidad de dinero sino por ser aceptado. Porque no es rico quien tiene más, sino quien influye más en la tribu (quien conquista más). Fb no es la vida “corriente” o la vida “propiamente dicha”. Consiste en escaparse hacia una esfera temporal de actividad con una tendencia propia. La realidad Fb abarca el espíritu, la cultura, el instinto de la naturaleza humana; todas ellas condiciones para hacer leyes y políticas públicas “inteligentes” acorde a lo que somos y no a lo que deberíamos ser.
Por todo lo anterior, no debe sorprendernos que haya 300 millones de personas en Fb. Pues su regla fundamental es el consentimiento. La libertad sólo limitada por el daño ajeno. La conquista consensuada. La verdadera aldea global.
aroemer@podercivico.org.mx
Doctor en Políticas Públicas y presidente de Poder Cívico, AC

No hay comentarios: