miércoles, 30 de septiembre de 2009

Las lecciones del pobre Juanito

Víctor Gordoa
Excélsior/30 de septiembre de 2009

Creo que ya terminó la comedia política que se inició el 12 de junio y terminó en conferencia de prensa el 28 de septiembre. Su trama, pese a ser muy local, interesó a todo el país, pues era una gran historia que contar que adoptaron los medios de comunicación por lo inédita y aberrante, la cual parecía producto de un guión mezcla de ficción, farsa, algo de drama y mucha tragicomedia. Los protagonistas y los antagonistas fueron los políticos y las instituciones políticas mexicanos que se prestaron a un juego que los arrastró hacia la pérdida de imagen pública y por ende de reputación y prestigio. La víctima fue un pobre hombre que terminó esencialmente afectado (su lenguaje corporal lo revelaba el día que anunció su licencia temporal “por motivos de salud”), quien se llegó a creer un ganador gracias al respaldo “del pueblo” y que podría haberse quedado en un puesto de poder multimillonario traicionando a quienes lo habían llevado a él. Esta telenovela política que compitió fácilmente con las más nacas de la televisión mexicana, me dejó varias lecciones que hoy comparto con ustedes.
Leccion política…
Aprendí que los candidatos políticos pueden improvisarse. Que cuando surge un problema de invalidación legal de un candidato, a éste se le puede sustituir con cualquier pelele que se preste a hacer de pantalla con tal de que esté de acuerdo en renunciar en caso de que gane, para que el originalmente invalidado, mediante argucias también legales, finalmente llegue al poder. Que el candidato pelele no necesitará ser del mismo partido del invalidado, puede ser de otro con tal de que éste se preste también al juego, ya que se puede pedir el voto por un candidato falso diciéndole a la gente que vote por el pelele y por el otro partido para que quede el candidato del partido original a quien se le invalidó. ¡Y la gente lo va a entender y apoyar! Sin embargo aprendí que todo esto no es fácil, pues para poder hacerlo se deberá contar con una gran red territorial (eufemismo para acarreados) que el día de la elección salga a votar controladamente por el candidato falso para asegurar que quede ganador. Que para lograr esta aberración política también debe haber un líder con gran poder de influencia y manipulación, fácil de darse, ya que en los partidos políticos puede haber un liderazgo legal y otro fáctico (moral nunca) y que éstos no tienen por qué coincidir en la misma persona, de hecho, el líder fáctico de un partido puede ordenarle al legal de otro que acepte registrar un candidato falso que nunca llegará al poder y se prestará fácilmente a ello.
Lección humana…
Aprendí que la raíz de todo está en la bajez del ser humano que fácilmente puede ser ambicioso, avaricioso, vengativo, vanidoso, envidioso, rastrero e hipócrita, cualidades negativas todas que encuentro claramente representadas en esta historia surrealista que fácilmente encontró acomodo en el escenario perfecto para ello: el de la política mexicana que cada vez se olvida más y más de la ética. Consecuencia: el daño en imagen pública es irreparable y se suma a la mala percepción que de por sí ya arrastraba la ciudadanía. Lo siento mucho por los políticos que no son así, a quienes el caso también les haya indignado, pero por ahora seguirán pagando justos por pecadores.
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