lunes, 8 de junio de 2009

Cada día, más de mil ambulantes invaden los espacios de la UNAM

Emir Olivares Alonso
La Jornada/7 de junio de 2009

El comercio informal se ha convertido desde hace varios años en una parte de la vida cotidiana y del entorno de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Prácticamente en todas las facultades y escuelas de la institución existen decenas de vendedores “irregulares” que no cumplen con la normativa universitaria para ofrecer sus productos.
Comida, artículos escolares, discos y programas de software piratas, puestos de periódicos y revistas, artesanías, libros viejos, bebidas refrescantes, golosinas y carteles, hasta piezas de madera, plantas y flores, así como ropa usada conforman la oferta comercial en los campus de la máxima casa de estudios.
De acuerdo con cifras de la Dirección General de Patrimonio Universitario (DGPU, encargada de la regulación del comercio en la universidad) en las 36 escuelas y facultades de la institución sólo 311 comercios cuentan con permisos.
Aunque las autoridades de la UNAM no tienen una cifra sobre la cantidad de vendedores ambulantes que laboran dentro de sus instalaciones, ni un registro de los comerciantes debido a la “amplia movilidad entre éstos, ya que incluso algunos sólo están por días”; se estima que en los pasillos de la universidad se dan cita más de mil ambulantes cada día.
Alumnos, ex universitarios que no hallaron oportunidades, activistas de diversos colectivos, adultos mayores, madres de familia y hasta extranjeros acuden a los diferentes campus para vender sus productos entre la comunidad universitaria.
Los comercios avalados por la DGPU pagan mensualmente cuotas de entre mil y 4 mil pesos, que se asignan de acuerdo con la oferta de productos que venden y al tamaño del espacio que ocupan.
Durante jueves y viernes las autoridades de la institución implementaron un operativo especial para impedir la instalación de “vendedores irregulares” en los pasillos externos de la Facultad de Filosofía y Letras, luego de que dos días antes un presunto narcomenudista fue asesinado en el estacionamiento de esa institución universitaria. Sin embargo, ayer, ante la ausencia de elementos de vigilancia, al menos 20 vendedores volvieron a instalarse.
Pero no sólo Filosofía enfrenta el problema: en facultades como Ciencias, Economía y Ciencias Políticas y Sociales existe un considerable número de vendedores ambulantes. Fuentes, jardineras, pasillos exteriores e interiores, la entrada, las explanadas, las afueras de los auditorios y las escaleras son puntos que los comerciantes ocupan.
Tacos de canasta, emparedados, tortas, quesadillas, cocteles de fruta o verduras, pizzas, jugos, esquimos, café, dulces, paletas de hielo, libros usados, piratería, collares, carteles y ropa son los principales productos en venta.
Cerca de la Facultad de Odontología se encuentra un puesto de productos y ropa de la UNAM y los Pumas; entre los locales establecidos en la explanada de la Facultad de Medicina también se colocan un par de vendedores con artesanías.
Las entidades académicas ubicadas fuera del campus de Ciudad Universitaria tampoco escapan del ambulantaje en sus instalaciones. En algunas preparatorias, colegios de Ciencias y Humanidades y facultades de Estudios Superiores abunda este fenómeno social.
Sin embargo, en las zonas culturales y de institutos de investigación la presencia de vendedores ambulantes es prácticamente nula. Sólo se encuentra un puesto de golosinas en las afueras del Instituto de Investigaciones Jurídicas en CU. Esto ocurre porque en estas zonas la concurrencia de estudiantes, profesores, trabajadores y visitantes es menor.
El pasado 8 de diciembre la UNAM publicó en la Gaceta universitaria los lineamientos para impedir el ambulantaje dentro de sus instalaciones, en el que destacó que “la incidencia del comercio no autorizado responde a factores sociales, económicos y políticos, por lo tanto, su solución no se constriñe a los ordenamientos legales, requiere además de la suma de voluntades de los responsables e involucrados en su problemática, en el marco de las funciones institucionales”.
Tras el operativo en la Facultad de Filosofía y Letras, funcionarios de la institución informaron que estas acciones se pondrán en marcha también en el resto de las escuelas universitarias. A partir de este lunes se iniciarán negociaciones entre autoridades de la UNAM y vendedores afectados a fin de regularizar las actividades comerciales dentro de los planteles universitarios.

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