sábado, 13 de junio de 2009

Las últimas consecuencias no existen

José Martín Vélez de la Rocha

Cuando un político mexicano dice “se actuará con todo el rigor de la ley; se realizará una investigación a fondo, caiga quien caiga; se llegará hasta las últimas consecuencias”, ya sabemos que no pasará nada, que no habrá responsables, que la investigación a fondo no llegará por que los investigadores caminarán en círculos, persiguiendo el aroma de su propia cola.
Los investigadores del genoma humano han detectado un gen que portan los políticos mexicanos. Es un gen que fortalece su instinto de conservación, que les impide actuar unos contra otros, cuando se ven involucrados en hechos criminales, cuando son sorprendidos en actos de corrupción, cuando por robarse dinero público exponen las vidas de seres inocentes. Tal como sucedió en la guardería ABC de Hermosillo, Sonora.
Por eso el director general del IMSS, un tal Karam, lo primero que declaró es que la Guardería ABC cumplía con todas las exigencias legales de seguridad. Por eso el procurador general de la república, Medina Mora, declaró que se están investigando los delitos cometidos en la guardería, pero como los delitos no son graves, ninguno de los responsables, si los hubiera, ameritará cárcel. Pobrecitos Karam y Medina Mora, aunque ellos quieran hacer justicia no pueden. No pueden por que una de las dueñas de la guardería es familiar de Margarita Zavala Gómez del Campo de Calderón. El gen de la impunidad, que ocupa un lugar importante en el genoma de Calderón, les impide actuar.
Por eso el procurador de justicia de Sonora no se atreve a consignar a nadie, aunque tal vez lo quisiera. Dijo ayer el señor Murrieta que llamaron a declarar al dueño de las naves ocupadas por la guardería y las bodegas contiguas, pero, ¡oh decepción!, el dueño ya no está en la ciudad. Solo quedó una estela de polvo por donde se fue. Imposible interrogar al polvo.
Por eso el Gobernador del estado instruye a las fuerzas vivas, para que inserten desplegados en los que se pide no fomentar el odio. Parece que confunden los reclamos de justicia con el fomento del odio. Es que el gobernador necesita un poco de tiempo, mientras se construye la salida de emergencia. Por donde habrán de salir huyendo los responsables, empleados suyos la mayoría. Si huyen, búsquenlos en Aspen, donde la elite estatal suele irse a reposar del estrés.
Por eso Ernesto Gándara, ¿ya es alcalde otra vez?, ni siquiera ha destituido al director de protección civil. Un tal Copado, que no fue capaz de cerciorarse de que las salidas de emergencia, una de ellas falsa, abrieran hacia afuera.. Pequeño e insignificante detalle, que fue la diferencia entre vivir o morir para decenas de niños, que ahora, según las palabras de don Ulises y repetidas por Bours, son angelitos que adornan el camino al cielo.
Para que el gen de la impunidad no falle, es importante que los beneficios de lo actos de corrupción, lleguen a familias importantes, de preferencia de más de un nivel de gobierno, de preferencia de más de un partido. Como en el caso de la guardería, que implica a importantes funcionarios estatales y sus bellas esposas, además de una familiar de la señora Zavala Gómez del Campo, a ineptos y criminales funcionarios federales, estatales y municipales. Todos ellos asiduos concurrentes de las páginas de sociales.
Por ello, ellos duermen tranquilos. Saben muy bien que después de una exhaustiva y profunda investigación, que se realizará con todo el rigor, caiga quien caiga, sólo quedará, al final, una triste conclusión: LAS ÚLTIMAS CONSECUENCIAS NO EXISTEN.

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